Tras un tercer
timbrazo sin respuesta, utilizo las llaves para emergencias. El apartamento
está impecable. Extraño. «Estoy en el arcón», se puede leer escrito en el
espejo del dormitorio. Un presentimiento siniestro eriza mi nuca. Gríseos
cabellos enmarcan una oreja congelada. Súbitamente, a mi espalda, un cerrojo se
desliza despacio.
Excelente cuento.
ResponderEliminarMe iré interiorizando poco a poco. Como me ha dicho Álex: hay más de 3000 piezas presentadas. Es un gusto poder disfrutarlas.
Muchas gracias por tu visita, Lu. Poquito a poco, lo importante es que la familia cincuentera siga creciendo y contando con tan buenos fichajes como el tuyo. ;-) Un beso.
EliminarEl final, un broche de oro. Me ha dado escalofríos. Bicos
ResponderEliminarMuchas gracias, Maitechu. :*
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