08 noviembre 2015

El último viaje

Tras el fuerte golpe, consigo abrir los ojos. Tirito. Finas gotas impactan contra mi visera agrupándose y formando regueros fugaces. Intento incorporarme. El reconfortante repiqueteo del agua sobre el casco eclipsa las sirenas hasta hacerlas desvanecer. Adormecido, siento cómo el dolor, el frío y el miedo, dulcemente me van abandonando.