12 febrero 2014

Amor condicional

Con una mirada derriba las barricadas que construyo para poder conquistarme y consigue que me abandone al cobijo de su cuerpo, temblando de frío al notar su calor, estrechándole fuertemente como un amante inseguro que teme no gozar de un nuevo encuentro.

Me mira a los ojos y me llena de sonrisas; tan cálidas y sinceras que me producen vértigo, pero sonrío exultante junto a él. Me mira a los ojos y me llena de besos; sus labios húmedos me recorren ávidos de deseo, anhelantes por no perder ni un centímetro, ni un posible recoveco inexplorado por otros labios. Me mira a los ojos y me llena de caricias; sus manos se deslizan por mi cuerpo apremiante lamiéndome como sábanas de satén, haciéndome gemir de placer. Me mira a los ojos y me llena con total rotundidad, proporcionándome por unos instantes un sabor a dicha que le otorga una tregua en el desierto en el que solo existo yo. Me mira a los ojos y sabe que, cuando deje de hacerlo, regresaré a las trincheras y, una vez más, tendrá que rendir mis defensas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario