“¡Un año ya en la empresa!
Llegaste algo asustada pero en poco tiempo te hiciste un sitio entre todos
nosotros, claro que, es fácil cuando se tiene siempre una sonrisa en los labios
y una palabra amable. Aunque, apenas sí sabemos nada de ti. Sabemos por dónde
vives, que estás separada…Velasco dice que seguro que te sobran los amantes, pero
claro, Velasco es un cretino. Recuerdo cuando monté en cólera porque pedí un
día de vacaciones para poder juntar un puente de cuatro y me lo negaron. Nadie se
ofreció a cambiarme el día salvo tú. Tenía ya el billete para ir a París a ver
a Chloé… por cierto, tengo que buscar una buena excusa para no ir este próximo
puente. No me apetece ir hasta allí, ni tampoco pasar tres días sin salir de la
cama, porque eso es lo que siempre hacemos…, follar a todas horas. Paso, me
quedaré en casa tan ricamente, como mucho llamaré a Diego para tomar unas cervezas
y contarle mis penas, total, para eso están los hermanos. Esta noche le llamo,
que no sé nada de él… ¡Qué graciosa! Me encanta el saltito ese que das cuando,
agarrada a la mesa, te levantas de la silla y es que en vez de andar parece que
levites… ¡Ya está Muñoz controlando a todo el mundo! Sí, sí, tú mira a ver qué
es lo que estoy haciendo, anda, pasa de largo tontolaba… ¡Menudo repaso te ha hecho el muy cerdo! Aunque no le
culpo, esos vaqueros te sientan como un guante, estás…”.
—… preciosa.
—¿Qué? ¿Me decías algo?
—No, no, que va, nada, nada…,
solo estaba pensando.
—Me había parecido… Voy a echar
unas cartas y después pasaré por la cafetería ¿Quieres algo?
—No, no, muchas gracias…
“Bueno, sí…, te quiero a ti”.
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