20 enero 2014

Pienso, luego...

“¡Un año ya en la empresa! Llegaste algo asustada pero en poco tiempo te hiciste un sitio entre todos nosotros, claro que, es fácil cuando se tiene siempre una sonrisa en los labios y una palabra amable. Aunque, apenas sí sabemos nada de ti. Sabemos por dónde vives, que estás separada…Velasco dice que seguro que te sobran los amantes, pero claro, Velasco es un cretino. Recuerdo cuando monté en cólera porque pedí un día de vacaciones para poder juntar un puente de cuatro y me lo negaron. Nadie se ofreció a cambiarme el día salvo tú. Tenía ya el billete para ir a París a ver a Chloé… por cierto, tengo que buscar una buena excusa para no ir este próximo puente. No me apetece ir hasta allí, ni tampoco pasar tres días sin salir de la cama, porque eso es lo que siempre hacemos…, follar a todas horas. Paso, me quedaré en casa tan ricamente, como mucho llamaré a Diego para tomar unas cervezas y contarle mis penas, total, para eso están los hermanos. Esta noche le llamo, que no sé nada de él… ¡Qué graciosa! Me encanta el saltito ese que das cuando, agarrada a la mesa, te levantas de la silla y es que en vez de andar parece que levites… ¡Ya está Muñoz controlando a todo el mundo! Sí, sí, tú mira a ver qué es lo que estoy haciendo, anda, pasa de largo tontolaba… ¡Menudo repaso te ha hecho el muy cerdo! Aunque no le culpo, esos vaqueros te sientan como un guante, estás…”.

—… preciosa.
—¿Qué? ¿Me decías algo?
—No, no, que va, nada, nada…, solo estaba pensando.
—Me había parecido… Voy a echar unas cartas y después pasaré por la cafetería ¿Quieres algo?
—No, no, muchas gracias…

“Bueno, sí…, te quiero a ti”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario