Nadie me preparó para esto. Años
de planificación física, intelectual y emocional. Horas y más horas de estudio
y duro entrenamiento, que ahora no me sirven para nada. Llevo días sin poder
dormir. Angustiado, me asomo a la ventana. ¡Qué hermosa es!
No puedo dejar de mirarla, tan
próxima y distante, tan perfecta y serena. Muchas veces, acomodado en este
mismo rincón, pienso que podría pasar el resto de mi vida sin hacer otra cosa
que contemplarla, aunque, si pudiera, lo haría acompañado de una aromática copa
de coñac y un buen puro habano.
Hoy todo es distinto, hoy me sigue pareciendo condenadamente hermosa, pero ha perdido su hechizo, su influjo, y siento miedo. Tengo un temor atroz ante lo que me espera. La nueva misión para reemplazarme llegará mañana a la estación, y después de meses de vida en paz, no quiero regresar a la Tierra.
Hoy todo es distinto, hoy me sigue pareciendo condenadamente hermosa, pero ha perdido su hechizo, su influjo, y siento miedo. Tengo un temor atroz ante lo que me espera. La nueva misión para reemplazarme llegará mañana a la estación, y después de meses de vida en paz, no quiero regresar a la Tierra.
Precioso, Matrioska! Pena de la foto, que predispone al final... sin ella, habría pensado todo el rato que habla de una mujer. A ver, que la foto es chula, chula, pero rompe el factor sorpresa. Yo no digo nada, solo es una reflexión que lanzo al aire...
ResponderEliminarP.d. Un beso mu grande, como de aquí a la Luna y vuelta.
Muchas gracias por tu visita, guapísima. Tienes toda la razón, me lo pensé mucho si subir o no la foto, pero es que todas las demás entradas la tienen. Te haré caso y la quitaré. Gracias de nuevo, querida amiga, y otro beso tan especial y espacial para ti.
ResponderEliminarTodo depende de la importancia que tenga para ti que el intrínglis se sepa o no desde el principio. Para mí, después de ver la foto, mientras leía el relato pensaba todo el rato: si no fuera por la foto, no me estaría imaginando al tipo ahí metido en una cápsula espacial con la mirada perdida en el infinito de sus desvaríos... Muchas gracias por compartir tus historias, Matrioska. De una forma o de otra, leerte siempre es un venturoso alto en el camino. Mil besos.
ResponderEliminarEl relato estaba escrito con esa intención, dirigir y acomodar al lector hasta descolocarle con un desenlace que no se espera. Lo que pasa es que tienes una amiga bastante cuadriculada, jajaja. Muchas gracias otra vez, siempre aprendo mucho de ti. Muchos besos.
EliminarAcabo de llegar a tu blog y ya estoy enganchada a tus historias. Cada una tiene un punto original y sorprendente. Como esta. Lo bueno de haber llegado tarde es que la he pillado sin foto de compañía y me ha regalado la sorpresa del final :)
ResponderEliminar¡Te seguiré por aquí!
Muchas gracias, LaVidaExagerada, es un placer saber que estás entre estas páginas. Bienvenida a tu casa y, con tu permiso, me colaré yo también en la tuya, que ya he guardado en favoritos. ;-)
EliminarPermiso concedido...¡claro! ;)
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