Revisa el buzón
a sabiendas de que lo hallará vació. Estoica, lleva aguardando una promesa
desde que vestía su piel el esplendor que la juventud otorga. Como cada mañana,
Soledad, al examinar el frío y yermo receptáculo, reprime el llanto aferrándose
a una esperanza que todos, salvo ella, saben estéril.